Biofertilizantes, mejoran productividad del frijol en chihuahua (I)

El estado de Chihuahua es tradicional productor de frijol, aportando cada año un promedio de 100,000 toneladas, que equivale a 10% de la cosecha nacional, éstas provienen en 70% de tierras agrícolas que se cultivan en régimen de temporal, es decir, no cuentan con riego, sino que se depende del agua que aportan las lluvias.

Estas zonas productoras se caracterizan en que, además de lluvia escasa y mal distribuida, tienen suelos delgados, pobres en nutrientes, con escaso contenido de materia orgánica y baja capacidad para retener humedad. Estas condiciones hacen que a través de los años se presenten variaciones importantes en superficies sembradas y cosechadas, y altibajos en rendimientos y calidad del producto.

Para México, el frijol es un cultivo estratégico, debido a que forma parte fundamental de la dieta de la población aportando proteína, vitaminas, minerales y fibra, anualmente en el país se consumen más de 1 millón 200,000 toneladas, en virtud de su importancia es necesario darle estabilidad a la producción, para poder en todo momento abastecer la demanda y calidad de producto que exigen los consumidores.


Son diversos los factores que influyen en la productividad del cultivo, en que además del clima y el medio ambiente, se puede citar que entre otros importantes son la organización de los productores, la disponibilidad y oportunidad de recursos financieros, la rentabilidad, el mercado y las tecnologías utilizadas.


En Chihuahua las instituciones del sector, gobierno, profesionistas agrícolas y productores han conjuntado esfuerzos para validar y transferir tecnologías que mejoren la productividad del frijol y generar un impacto positivo, tanto a la sociedad poniendo a su alcance producto suficiente y de calidad, y a los productores un ingreso estable y seguro, para ello, desde hace más de cinco años se ha estado impulsando la tecnología de usar biofertilizantes en la producción comercial de este cultivo.

El suelo agrícola no es un medio inerte, sino un ecosistema que tiene actividad microbiana, en que los microorganismos protagonizan diversas acciones que producen beneficios para las plantas. Por esto, en la segunda entrega comentaré cómo se puede aprovechar la actividad microbiana de la tierra para producir beneficios a las plantas mediante el uso de la tecnología a través de biofertilizantes. Ampliando cuáles son los usos de los biofertilizantes y cómo se ha podido incrementar la producción del cultivo de frijol en el estado de Chihuahua, favoreciendo la productividad, la rentabilidad del cultivo y el ingreso de los productores.

Guadalupe Cerino Guerrero es Especialista en Promoción en la Residencia Estatal de FIRA en Chihuahua. La opinión es responsabilidad del autor y no necesariamente coincide con el punto de vista oficial de FIRA.